Se quedó mirando el cafetal y me dijo, “Esto del café no está dando pero estoy vendiendo por kilos en Bogotá, sembré 200 árboles de variedad Geisha, le metí aguacate a la finca y tengo unos Honey para la venta. Así me sostengo mientras”.
Esta es la historia de varios productores de café en Colombia, pero el problema no sólo es nuestro; también es el caso de cientos de productores en Centroamérica. El asunto es que los precios del grano están cada vez más bajos y las inversiones en insumos y producción superan las ganancias. Aunado a esta situación, en algunos países como El Salvador y Honduras, el fantasma de la Roya vuelve a visitar las fincas productoras sumando razones para que la gente prefiera dedicarse a otros productos, o peor aún, abandonar el campo y buscar suerte en las ciudades, o en los Estados Unidos.
Según el diario El País, de España:
La crisis del café: hay más que nunca, pero ni usted ni los productores se benefician
, la situación económica de los productores cada vez
es peor; sin embargo, hay unos renglones de la economía que están saliendo bien
librados. Este es el caso de las cadenas de venta y comercialización como
Starbucks, la cual ha incrementado su valor en la bolsa; o las tiendas de venta
de café (cafeterías gourmet) que crecen en las ciudades ofreciendo tazas y
otros productos para consumidores exclusivos. De acuerdo con las declaraciones
hechas Fernando Morales, representante de
café for change
,
el problema de los
precios está relacionado directamente con la presión que están haciendo algunos
capitales poderosos para mantener los precios bajos y beneficiarse con el final
de la cadena; de todas maneras, el precio del producto en la góndola no ha
bajado, más bien ha subido; una contradicción en la regla del mercado que reza
así: a mayor oferta y menor demanda, los precios bajan.
Esta situación
obliga a preguntarnos ¿qué debemos hacer cuando, según la Federación Nacional
de Cafeteros, son aproximadamente 540.000 familias colombianas que viven del
negocio?
Si bien, la
estrategia que está utilizando el productor que cito inicialmente es un
excelente camino para enfrentar la crisis, no es suficiente con diversificar
los cultivos o arriesgarse a la producción de cafés especiales; pues no todas
las regiones del país cuentan con las condiciones estructurales para facilitar
la comercialización; por lo que se está abriendo nuevamente el camino para los
cultivos ilícitos en aquellas regiones frágiles: Cauca, Nariño, Huila.
Frente a esta
situación, la Federación ha criticado fuertemente la forma como se está
manejando el negocio en la bolsa, sugiriendo incluso que deberíamos desligar el
precio de la bolsa de New York, y algunos países productores comienzan a hablar
de la creación de una asociación de productores estilo OPEP, con lo que
garantizarían el sostenimiento del precio. El Estado también viene pensando
estrategias, siendo la de los subsidios la más fácil y cómoda para superar la
crisis, pero ¿Es suficiente?
Si tenemos presente que en Colombia, el 96% de los
productores es pequeño y en promedio tienen 1,3 hectáreas (Lea también:
La crisis en los precios del café no afecta igual a todos los productores colombianos
),
urge pensar algo
que vaya más allá de los subsidios y que realmente permita mejorar las
condiciones de los productores y sus familias. Para tal fin dejo a discusión
los siguientes puntos:
1)Deben las administraciones regionales y locales, asumir el compromiso
de profesionalizar a los productores a través de acompañamientos técnicos y
tecnológicos, como también, familiarizando a los campesinos con las cadenas de
producción. No es suficiente con vender el grano, se requiere vender una marca.
2)Es fundamental que la academia y el Estado acompañe los procesos de
producción y mejora como se ha venido haciendo en el Brasil. Para tal fin,
sería pertinente que los estudiantes de pregrado y postgrado se vinculen a las
fincas y sus familias con los proyectos de grado. Así, los informes finales no
sólo benefician a los estudiantes, sino también, a los productores.
3)Los productores deben recibir capacitaciones que les permitan
identificar nuevos nichos de mercado, al tiempo que sus aspiraciones se
incrementen y puedan diseñar estrategias de trabajo mancomunado con sus vecinos
para tecnificar la producción y diversificar la oferta. Aquí es fundamental el
uso de app, la venta de servicios como el turismo veredal y el hospedaje, etc.
4)La tendencia en el consumo de café muestra que cada día se compran más
cafés especiales; por ello los productores deben recibir apoyo de las Cámaras
de Comercio para ampliar la oferta a través de ferias y demás estrategias para
la comercialización.
5)Debemos trabajar por la construcción de valores agregados a la cereza;
pero la responsabilidad no puede recaer únicamente en el productor. También es
deber del Estado nacional, regional y local procurar por la superación de los
subsidios, y más bien apoyar la producción con ciencia, tecnología y
modernización en los procesos.
6)No está demás insistir en el punto 1 de los Acuerdos. ¿Cómo se
benefician los productores cafeteros con este apartado? Básicamente su
implementación es un camino para resolver el problema cafetero, no olvidemos
que de los 32 departamentos que tiene Colombia, en 22 se siembra el grano.
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