El Síndrome del corazón roto, es una afección cardíaca que afecta principalmente a las mujeres y es causado por vivir en constante estrés y tensiones, pasar por la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa. Esta afección también puede ser provocada por una enfermedad física grave o una cirugía. Las personas con síndrome del corazón roto pueden tener dolor repentino en el pecho o pensar que tienen un ataque cardíaco. Cuando esta patología se presenta hay una alteración temporal del funcionamiento de bombeo normal del corazón, en una de las áreas de este. El resto del corazón funciona normalmente o incluso con contracciones más fuertes. Esta alteración puede ser causada por una reacción del corazón a un estallido de hormonas del estrés. Médicamente es conocida como cardiomiopatía de takotsubo, síndrome de abombamiento apical o cardiomiopatía por estrés. 

Hasta el momento no existe un tratamiento estándar para ésta patología. Se maneja igual que un ataque cardíaco. La mayoría de las personas permanecen en el hospital mientras se recuperan. 

El cuerpo humano tiene la capacidad de somatizar las emociones, creando síntomas físicos, que pueden desencadenar enfermedades reales que ponen en riesgo la salud. ¿Qué tan preparados estamos para afrontar una pérdida o un duelo?. Seamos conscientes, que somos seres independientes y que nuestra estabilidad emocional, no debe estar ligada al afecto que sintamos por el otro. 

Tanto la pérdida de un ser querido, como una enfermedad; hacen parte del ciclo vital. nacemos, crecemos, evolucionamos y morimos. El problema está en la angustia y en la capacidad de afrontamiento, en el proceso de encontrar estrategias para disminuir la cantidad de estrés y llevar mejor el duelo. Como: hablar abiertamente de su pérdida, aceptar sus sentimientos, cuidar de sí mismo, tratar de crear una rutina que le genere tranquilidad y apoyarse en el recuerdo de los buenos momentos, rememorando y celebrando la vida de esa persona que ya no está. 

Se terminan las historias, llega el final, se quedan tantas hojas en blanco, capítulos y libros enteros con miles de vivencias sin terminar. El por qué y el para qué no tienen respuesta alguna. Dolor, tanto dolor que el corazón puede más que la razón. 

A los padecimientos mentales, no se les da la importancia debida. Cuando una persona presenta depresión, ansiedad o estrés escuchamos aportes como “ eso no es nada, agradezca lo que tiene, hay personas en situaciones peores”; pero lo que no se toma en cuenta es que las personas que sufren estas alteraciones, no eligen sentirse así. Sería genial llegar a tener una trilogía perfecta con la estabilidad emocional, económica y la salud mental; pero sólo quien lo vive puede sentir cuánto se sufre desde adentro, con el alma, sin posibilidad de escapar. 

Cuando el corazón se rompe esas personas solo necesitan un hombro donde llorar, un oído que las escuche, una mirada que les dé paz o simplemente un silencio que lo diga todo.