El café es el producto agrícola más exportado de la nación, se calcula que viven aproximadamente 3.000 familias campesinas de este producto, y hasta el año pasado se cultivaron 877.000 hectáreas de Café a nivel nacional.  El café es una insignia colombiana a nivel mundial, junto a Juan Valdez y su mula “Conchita” imagen típica del caficultor colombiano.    

El gremio cafetero viene presentando desde el año pasado, un amargo sabor en sus producciones debido a la caída del precio a nivel nacional e internacional que no solo afecta a Colombia, también a Perú y Costa Rica. El martes 12 de marzo la bolsa de New York registró el precio más bajo para este producto desde 2013, al cotizarse a 96 centavos de dólar la libra; precio que ni siquiera cubre los gastos de producción.  

Expresan los caficultores que la crisis del café se presenta desde el 2018, lo cual afecta más que todo a los pequeños productores, ya que los costos de producción no compensan con los precios de venta. Respecto a esto, la gerente general de la productora de café “Aguas Claras” expresa que el café para que sea rentable, debería venderse por lo menos a 65.000 mil pesos el saco y en ocasiones la federación lo compra por debajo de este precio. Es importante aclarar que la Federación de Cafeteros ofrece asistencia técnica y productiva a los caficultores agremiados con ellos, pero en muchas ocasiones estas asistencias no dan solución a la problemática existente, sino que dan respuesta a las hipótesis presentadas por los Técnicos de la Federación.   

Otra problemática que atraviesa la producción de café, es la tecnificación debido a que los terrenos donde se cultiva oscilan entre 800 y 1.500 m.s.n.m., lo cual dificulta el acceso a la maquinaria; solo los grandes hacendados han logrado implementar sistemas de tecnificación por medio de drones, y automatización de riegos.   

A partir de las peticiones y presiones que ha realizado el gremio cafetero desde el año pasado, el Estado ha decido inyectar recursos por 100.000 millones para completar un total de 255.000 millones que serán destinados para apoyo en precios, alivio de deudas y renovación de cafetales. De igual forma, el Estado ha pedido a los caficultores que no amplíen las zonas cultivadas, sino que mejoren y tecnifiquen los procesos de producción en los predios, para ofrecer un café de mejor calidad.   

Debemos observar y analizar históricamente como la caída en los precios de los productos agrícolas afectan mayormente a los pequeños productores, y las ayudas ofrecidas por el Estado muchas veces se destinan a los grandes empresarios. Una de las soluciones a esta crisis, puede ser la agremiación de caficultores para  buscar un precio estable y realizar alianzas con empresas públicas, privadas y/o publico privadas, para el apoyo a la producción tecnificada y sostenible con el medio ambiente, con el fin de ofrecer un producto “Premium”, lo que da el valor agregado al precio y a la tasa de café.