Esta semana, los legisladores colombianos debatirán sobre las etiquetas de advertencia de la parte frontal de los empaques. Esta es la oportunidad de que Colombia se una a otros líderes de la región para invertir en la salud de sus ciudadanos a través de etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque. Se han probado diversos diseños y usos de etiquetas a nivel global, pero la evidencia científica es clara. La experiencia chilena demuestra que las etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque que indican claramente altos niveles de azúcares agregados, sodio, grasas saturadas y carbohidratos refinados son el sistema de etiquetado más efectivo hasta la fecha y que pueden tener un impacto positivo significativo en la salud pública. 

Al examinar qué etiquetas deben implementarse, debemos considerar por qué Colombia necesita etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque. En Colombia, así como en el resto del mundo, las tasas de obesidad han aumentado dramáticamente a lo largo de los años, especialmente entre los niños. Al mismo tiempo, ha habido una explosión de opciones de alimentos, y el consumo de productos ultra procesados (por ejemplo, pasteles y pasteles empacados, bocaditos salados, confitería) ha aumentado sustancialmente. Muchos de estos productos pre empacados son altamente procesados e incluyen altos niveles de azúcar agregada, sodio, grasas saturadas y carbohidratos refinados; todo lo cual está asociado con el aumento de la obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición como la hipertensión y la diabetes, como se demuestra a través de una gran cantidad de evidencia científica. 

Un primer estudio reciente realizado por eminentes investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. descubrió evidencia concreta de que los alimentos ultra procesados pueden alentar la sobrealimentación y el desarrollo de la obesidad. Las grandes cantidades de alimentos ultra procesados en la dieta no solo promueven el aumento de peso, sino que, al ser baratos y estar diseñados para tener un sabor intenso, pueden llevar a una alimentación compulsiva. Este estudio resalta el por qué los responsables de la formulación de políticas deben respaldar las etiquetas de advertencia claras en la parte frontal del paquete para que los consumidores puedan identificar rápidamente los alimentos con alto contenido de grasa, azúcar y sal. Esto les permitiría evitar dietas dañinas ultra procesadas y optar por opciones más saludables. 

Para combatir la obesidad, el gobierno de Chile promulgó políticas para cambiar las dietas, entre ellas las etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque, las restricciones de mercadeo y las regulaciones escolares. La ley, que ha estado vigente desde 2016, ha demostrado que estas etiquetas de advertencia permiten a los consumidores tomar decisiones más saludables.  Las madres chilenas, que a menudo son las que deciden qué alimentos se sirven en los hogares, confían en el sistema de etiquetado chileno para decidir rápidamente qué alimentos comprar. Un estudio publicado recientemente muestra que las madres sentían que las etiquetas de advertencia les ayudaban a “descubrír” que muchos productos que consideraban saludables, como los cereales para el desayuno y las barritas de cereales, en realidad no eran tan saludables como parecían. Estos hallazgos son solo parte de la creciente evidencia de estudios publicados que demuestran el impacto de esta política en Chile. Los estudios que se publicarán próximamente muestran un impacto notable de las etiquetas de advertencia chilenas en la promoción de opciones de alimentos mucho más saludables en Chile. 

En Colombia, donde estudios recientes han revelado que la mayoría de los cereales para el desayuno contienen un alto contenido de azúcar y que, entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos empacados contienen exceso de azúcar, sodio y grasa en los dos sistemas de perfil de nutrientes más comunes en América Latina, es de suma importancia suministrar a los consumidores información clara y precisa. También destaca el por qué las etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque podrían tener un impacto importante y positivo en la salud pública en Colombia. 

Los tomadores de decisión no deben dejarse disuadir por afirmaciones falsas sobre la efectividad de otras etiquetas. Las etiquetas de advertencia en la parte frontal del empaque son la forma más efectiva de informar a los consumidores sobre qué productos tienen altos niveles de azúcar, sal o grasa. Las principales organizaciones de salud como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que los países adopten este tipo de etiquetas de advertencia como parte de sus políticas de prevención de la obesidad. Estas etiquetas son inmediatamente visibles, fáciles de entender y se están adoptando cada vez más en países de América del Sur, incluidos Chile, Perú y Uruguay. 

Las etiquetas de advertencia, cuando se combinan con otras políticas de nutrición de alimentos saludables, pueden tener un impacto positivo significativo en la salud de los ciudadanos. El gobierno de Colombia tiene la oportunidad de demostrar liderazgo en la región y la voluntad política de proteger a sus ciudadanos al aprobar esta importante medida. 

Barry M. Popkin , autor de este texto, PhD, es Profesor Distinguido de Nutrición W. R. Kenan Jr. en la Escuela de Salud Pública Global de Gillings en la UNC. Tiene un doctorado en economía agrícola de la Universidad de Cornell. Desarrolló el concepto de la transición nutricional, el estudio de los cambios dinámicos en la ingesta dietética y los patrones y tendencias de actividad física en torno a la obesidad y otras enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición (ENT). Su programa de investigación se enfoca a nivel mundial (tanto en los EE. UU. como en los países de ingresos bajos y medios) en la comprensión de las etapas de transición y actualmente está enfocado en trabajar en el impacto de los programas y políticas destinadas a mejorar la salud de la población durante su tiempo de transición (ver: www.nutrans.org ), Es uno de los académicos de la nutrición más citados del mundo.