El Fracking o fracturación hidráulica, es una técnica con la cual se puede extraer petróleo y un tipo de hidrocarburo no convencional llamado gas de Exquisito, este se encuentra literalmente en medio de capas de roca a gran profundidad. Para lograr esto se debe introducir en la roca madre agua a alta presión acompañada de químicos altamente contaminantes, por medio de taladros de magnitud industrial para poder fracturarla y extraer el hidrocarburo.   

Lo anterior trae un riesgo evidente para los ecosistemas y las áreas en las cuales se practicará, ya que existe una probabilidad que los gases o químicos que se utilizan, se introduzcan en las aguas residuales y profundas las cuales no se pueden disponer ni almacenar para aislarlas. A propósito de esto, en el 2012 la Royal Society en un informe sobre el Fracking expuso que entre el 25% y el 75% del fluido de fracturación con aditivos que fue inyectado a alta presión vuelve a la superficie. De igual forma las empresas que hacen Fracking alrededor del mundo no son claras a la hora de dar cuenta a los países quienes autorizan el uso de los químicos que utilizan para la fracturación.   

En Colombia desde el 2012 , en el periodo del gobierno Santos se solicitó un estudio para evaluar si esta técnica era beneficiosa y se desarrollaron diversos debates,  en los que se abordaban temas como los retos ambientales y sociales, las potencialidades económicas, incluso el último debate donado por Estados Unidos, participaron varios ingenieros y expertos en temas energéticos del MIT, con lo cual se dejó sentada las bases para dar inicio con el proceso  que continuó en el gobierno Duque (el cual en su campaña política rechazo el Fracking), presentando en el PND, una política que “utilizando herramientas innovadoras, garantice la seguridad energética para el desarrollo del país”. Y a continuación clasifican los yacimientos no convencionales, que en pocas palabras es el Fracking, bajo el argumento de la oportunidad para aumentar las reservas y preservar la autosuficiencia de hidrocarburos en Colombia.  ¿a qué costo socio-ambiental?  

La fracturación hidráulica se ha rechazado en diversos países y lugares del mundo como Francia y New York, debido a las consecuencias que trae para sus ciudadanos y para la nación. Ahora bien, una de las preocupaciones, es la incapacidad que tiene el Gobierno para dar una veeduría eficaz en los proyectos, debido a que la legislación de control tiene implícita la corrupción, aspecto que iría en contra del llamado “Fracking responsable”. Además de esto las consecuencias ambientales son diversas: riesgo químico de los aditivos, aumento de la sismicidad,  gases que producen efecto invernadero, destrucción del hábitat, el agua con la que se producen las fracturas es imposible de recuperar, creación de balsas en la superficie de lodo toxico que trae consecuencia de salud pública comprobados como el cáncer, problemas respiratorios, daños cerebrales, desórdenes neurológicos e hipersensibilidad a químicos, debido principalmente a la contaminación del agua y del aire; ni hablar de los desalojos territoriales a familias completas de campesinos e indígenas por conseguir más territorios para la explotación aurífera. Es importante recalcar que con esta práctica, se han empezado a realizar estudios en zonas “vírgenes” que no estaban en el mapa de la industria petrolera, territorios donde se han identificado diversas colonias de especies animales y vegetales autóctonas de nuestra nación.   

¿Considera usted que este es un “Pacto por Colombia” y en beneficio de todos los colombianos?