En Londres, un grupo de estudiantes crean un prototipo de preservativo masculino; se trata del método S.T.EYE que cambia de color al detectar una enfermedad de transmisión sexual; es el condón revolucionario que evita el contagio de enfermedades de este tipo que son muy frecuentes en la población sexualmente activa. 

El látex del preservativo cambia de color a consecuencia de una molécula que interviene cuando entra en contacto con un virus determinado. Por ejemplo, el condón semáforo se activará verde ante enfermedades como clamidia, azul en casos de sífilis, morado con virus del papiloma humano y amarillo para herpes. 

El uso del preservativo es una práctica cada vez más difícil de incluir en las necesidades de nuestros jóvenes, ya que prevenir antes que curar es una estrategia que no es tomada en cuenta en el momento de un encuentro íntimo, más aún, si se da la situación donde uno de los dos se niega a usar dicha protección y el otro es incapaz de decir no a tener relaciones. 

Si al hablar de sexo, no sólo se habla de embarazos no deseados, sino que se hace énfasis y se activa la alerta del peligro inminente que conlleva ser portador de una ETS, tenemos dos panoramas: uno cuando la enfermedad que presentamos puede ser tratada con antibióticos, cauterización, crioterapia o remoción, que aunque solucionan el problema inicialmente, siempre seremos portadores del virus y el segundo caso donde somos infectados por el VIH, así la ciencia cuenta con retrovirales de mucha eficacia para controlar la enfermedad, es inevitable la aparición del sida, que al producir una inmunosupresión total, llevan al paciente a una serie de complicaciones que terminan con el ciclo vital del individuo. 

Cuando decidimos tener sexo con alguien, tal vez conozcamos algo básico de esa persona; pero ¿qué tanto sabemos de su cadena sexual?, ¿quiénes han sido sus compañeros?, además de desconocer por completo los hábitos sexuales de esas personas que han pasado por sus vidas. Es de gran importancia poder estar conscientes de qué tan expuestos podemos estar a un contagio y lo crucial de cuidar nuestro cuerpo para decidir como personas responsables, autónomas y maduras. 

Si acceder a las formas más comunes de coacción como: “sin condón se siente mayor placer, soy alérgico al preservativo, ¿acaso no confías en mí?”, entre otras es razón suficiente para exponer así mi salud. Hay que ser consecuentes con las acciones y los pensamientos, no dejándonos seducir por presión de nuestra pareja. 

Deberiamos aprovechar la innovación de éste método que nos ofrece el control total y la elección de tener una vida sexual sana; porque sexo se consigue con un solo clic, pero la salud y el bienestar físico, mental y social no es negociable. Por esto debemos ser consientes y prevenir, porque un rato de placer puede marcar el resto de la vida. Nuestras acciones y elecciones deben hacer la diferencia entre lo sano y lo perjudicial, porque un deseo no cambia nada, pero una buena decisión lo cambia todo. 

Eliana María Orozco Posada Enfermera Profesional