Justo cuando salió la condena de Mario Castaño, ex congresista liberal de Caldas, condenado por corrupción en el caso las Marionetas y quien ha tenido aliados e influencia en la contratación en diferentes municipios del Eje Cafetero, pregunté a varios conocidos periodistas ¿por qué los medios de Risaralda no indagan sobre los aliados de Mario en Risaralda? Algunas respuestas fueron: “Ese señor nos ayudó mucho”, “no se patea la lonchera”, “uno sabe con quien se mete y con quien no”. Igual pasa cuando pregunto por los aliados y negocios de los de los CHAR en Pereira.  No cuestiono sus respuestas, pero si planteo la necesidad de trabajar por dignificar y proteger el trabajo de los medios de comunicación locales que han sido silenciados o constreñidos con la amenaza de cerrar las puertas para su subsistencia.   

Laura Ardila, la autora del libro “La Costa Nostra”, de manera valiente y a pesar de los intentos de callarla, se atrevió a investigar desde el 2015 el entramado de poder político y económico de las familias más poderosas de Barranquilla con influencia nacional, como lo son los Char Chaljub, Gerlein y Daes. Este libro es una herramienta clave para quienes desde lo regional quisieran entender e investigar el modus operandi de los carteles de la contratación. Si bien este caso se ve lejano para quienes vivimos en el Eje Cafetero, lo cierto es que su modus operandi, es obvio en la política local.   

Alex Char comenzó su carrera política como concejal en 1997. Fue alcalde en 2008 con un discurso de “CAMBIO” y en 2015 movió el slogan “el milagro barranquillero”. Con una mezcla de gestión pública eficiente y cooptación de la contratación, el político logró monopolizar el poder regional y replicar en otras regiones su estrategia para gobernar, mientras su círculo cercano se enriquecía de la contratación pública. Los pasos para lograrlo: “Financiar políticos propios y de otras maquinarias para no asumir el costo mediático de los debates”, garantizar una coalición de gobierno para convertir al concejo en una entidad subalterna del alcalde, definir el contralor municipal de “bolcillo”, asignación y concentración de los mayores contratos de obra en personas cercanas, con vigencias futuras, con requisitos que solo sus amigos podían cumplir y garantizando montos para los concejales; participación en la contratación para otros clanes políticos, figuras de “crédito proveedor” que facilita el lavado de activos, interventorías de obra en manos de personas de confianza y por su puesto  compra de votos con recursos de la contratación y con bases de datos sofisticadas para garantizar la “lealtad”.   

La Costa Nostra, un libro que bien podría tener un capítulo para varios departamentos, es sin duda un aporte concreto para entender la política regional y comprender por qué a pesar de la evidente corrupción, la popularidad de políticos como Alex Char es tan alta.